lunes, diciembre 07, 2009

BUENDIA: ¿COMO VOY AHÍ?: Juegos de poder, juegos de negocios.

BUENDIA: ¿COMO VOY AHÍ?: Juegos de poder, juegos de negocios.

Creer para ver


















Fábrica de Sueños:
Creer para ver



Joel Muñoz, 23 de junio, 2009


El hombre pragmático y realista nos mira desde su posición segura y plena de verdades, todas ellas muy bien comprobadas. Lleva las úlceras por dentro, el estrés, el desencanto, la falta de sentido de la vida. Y nos juzga, nos pone a prueba, nos pregunta inquisitivamente por los resultados, por los indicadores objetivos. ¿Calculaste el riesgo? ¿Qué rentabilidad tiene todo esto? ¿sabemos lo que quiere el mercado? ¿Qué antecedentes tienes para probar tus ideas y tus sueños? ¿Cómo puedes demostrarme el sueño de la felicidad en un marco lógico?
Y uno lo queda mirando, hasta da tristeza. Por uno mismo y por el otro, ése que pregunta cosas tan propias de la madurez y la objetividad, para las cuales no tenemos una respuesta medida y comprobada. Cómo explicarle que lo único que se puede medir es sólo la experiencia ya ocurrida. El hecho que ya aconteció. Que no se puede medir un sueño, una idea, una creación. Porque eso es futuro, una realidad que aún no se configura. Cómo decirle que una idea o un sueño se valora, no se cuantifica.

Eso de “ver para creer” nos transformó en simples testigos y cómplices de más de lo mismo. La ley de la ciencia que da cuenta de las cosas como son y no de cómo podrían ser. Eso ha sido la muerte de tantos sueños cada día. Por eso propongo invertir la frase: Creer para ver. Tenemos que Invertir el orden cultural y sicológico que nos ha empequeñecido tanto. Un orden cultural que nada tiene de orden natural de la existencia.

Anticipar el futuro. Ensoñarnos con algo. Visualizar un estado deseado. Emocionarnos con una imagen que aún no existe, con una visualización de un futuro que puede llenarnos de felicidad, de gozo, de bienestar material e inmaterial, de alegría de vivir, no cabe en la mente pragmática, realista, con los pies en la tierra. La absurda e insoportable lógica de quienes andan midiéndolo todo, pesándolo todo, calculándolo todo, me aburre, me cansa, me anula como ser humano, es un atentado cotidiano contra una de las cosas más importantes de nuestra existencia, la posibilidad de imaginar y construir una vida mejor. La posibilidad de acceder a esferas diferentes de lo concreto, eso que se valora tanto. Lo concreto como la pared de enfrente. Lo concreto como el asfalto y los edificios que nos tapan la mirada. Lo concreto, el saldo de la cuenta corriente. Lo concreto, la estadística que demuestra tanta estupidez humana. Lo concreto, el tiempo que demoras, los kilos que pesa el asunto, los metros cuadrados de la superficie. La temperatura del frío e impersonal mundo que construyeron otros para su beneficio.
Váyase a la cresta señor concreto. Con sus medidas e indicadores se ha depredado el mundo y por sobre todo, se acaba con la posibilidad de la vida hermosa y realizante.

Por eso tengo una fábrica de sueños. Una fábrica con todas las de la ley. Tenemos la posibilidad de percibir nuestros sueños y los de otros. Tenemos la tecnología para interpretarlos y ponerlos en marcha para su realización. Tenemos la sensibilidad para compartir la emoción que produce soñar y ponernos manos a la obra. Tenemos amistad con el riesgo, con la incertidumbre, con el error, con esa zona desconocida que existe entre el soñar y el hacer. Tenemos el arte y la creatividad para nombrarlos, identificarlos, envasarlos, venderlos, distribuirlos y hacerlos llegar a todos los rincones.

El sueño es energía positiva y constructiva. Imaginar el futuro como una transformación de esta realidad, chata, miserable, empobrecida, mediocre, hacia un estado de satisfacción y de belleza, es lo más grande que puede sucedernos. Es nuestra arma secreta para vencer los males que azotan, las mentiras que nos invaden, las justificaciones que nos derrotan, las deudas que vamos acumulando, los deberes ser que nos han inculcado, la pasividad que nos atonta, la indiferencia que nos separa, la pobreza que abunda, la riqueza inconmesurable de algunos pocos, la buena voluntad que hace falta, la justicia que no ve, y todas esas cosas que nos hacen querer marcharnos de esta vida, fugarnos, escaparnos, drogarnos, emborracharnos, olvidarnos de nosotros mismos.

El sueño mueve la energía, produce efectos bioquímicos anti depresivos, genera acción, pone en movimiento, nos hace despertarnos, nos permite conectarnos invisiblemente con otros espíritus creativos y constructores, nos ayuda a reconocernos con sólo mirarnos, nos hace enamorarnos y nos vuelve a hacer creer en nosotros, en la humanidad y en lo que pueda haber más allá.
Yo no sé si es rentable o no, pero ese no es el punto de este asunto. Las ganancias son de otro orden. La gran riqueza que se genera está en el proceso de soñar y construir, ni siquiera en el resultado final. Se trata de vivir los sueños, se trata de la experiencia de aprender a ser en un estado de conciencia más fascinante y enriquecedor que los índices de resultado finales probados.

La energía de soñar genera los recursos, no es al revés, no es el dinero el que genera los sueños. Claro está, cuando el sueño es auténtico, legítimo, sincero, profundo, verdadero. Confiar en esto es a lo que invita esta fábrica de intangibles, no medibles, no calculables, no sujetos de ninguna estadística ni encuesta de popularidad.

Las ideas y los sueños se sienten, se percibe su presencia y su poder transformador. Tal vez por eso los que tienen el poder se han preocupado de instalar la cultura del pragmatismo y del realismo concreto con tanta fuerza. Los sueños son el principal atentado para quienes hacen negocio con la superficialidad, con la miseria de la conciencia y con las promociones de la felicidad en cuotas y pagaderas con tarjetas de plástico. Ellos saben que soñar es un peligro para el sistema.

Las ideas y los sueños están en la parte clara de la existencia, la constituyen, son luz, no sombras. No amenazas, no muerte, no depredación. No guerra. No crisis. Los sueños abren, no cierran. Los sueños son revolucionarios, no reaccionarios. Los sueños son liberadores, no perseguidores. Los sueños son riqueza, no pobreza. Los sueños son libertad, no esclavitud.
Un sueño, queridos amigos, es una afirmación neurolingüística personal, íntima, profunda: Yo imagino. Yo quiero. Yo puedo. Yo decido hacerlo. Yo soy más feliz así.
Y según los que más saben de esto, el lenguaje crea la realidad. Por eso, sueña, crea, imagina, deséalo profundamente y exprésalo. Ya verás cómo se abre ante ti la vida y cómo caerán una a una las barreras y miedos a tu propia libertad. Y podrás ver cómo la vida vence a la muerte. Cómo la alegría le gana a la tristeza. Cómo el poder de la oscuridad se va en retirada.


(En el día del cumpleaños de mi hija Sol María Muñoz Németh)

miércoles, noviembre 28, 2007

¿COMO VOY AHÍ?: Juegos de poder, juegos de negocios.


Me cayó la chaucha!
Con esta expresión, mis abuelos se referían a que por fin – un poco tarde – habían comprendido algo.
Me ha pasado lo mismo. Después de 30 años vengo a comprender que en este mundo el todo es el juego de poder y el juego de negocios.
Crecí pensando que la motivación principal de las personas era la convivencia, el simple hecho de nacer, crecer, vivir, amar, trabajar, juntarse, crear y pasar las penas y alegrías juntos.
En un proceso permanente de aprendizaje para ser mejores personas. Mejores en la sociedad, con la familia, con el planeta, con los amigos, con la comunidad.
Por tanto, toda acción humana tenía ese beneficio y los costos que la vida misma iba presentando.
Pero la cosa no es así.
Cambió el disco duro de la sociedad competa.
La motivación principal es el poder, el dinero, el prestigio, la fama. Y para eso no importa convivir sino competir y ganarles a los demás.
La vida de hoy es invertir el mayor tiempo del mundo en estrategias de poder y de competencia. Hay que pasarse la vida pensando en cómo ganar-ganar siempre. Aunque los medios que se utilicen sean o no válidos.
La sinceridad, por ende, no es una buena recomendación para negociar y para ganar.
Si es necesario, hay que mentir, soslayar, ocultar, irse por el camino engañoso, transitar aguas turbulentas. Todo vale. Está justificado porque lo principal es el negocio. Nada personal.

Reconozco que no tengo habilidades para esta manera de vivir en el mundo, pero que debo aprender. Si no quiero quedarme rezagado en el pasado.
Se me alumbró la ampolleta!
Así también se referían a este cuento de entender algo mis abuelos.
Veo todo clarito. Miro las noticias, veo a los personajes públicos, a los empresarios, a los candidatos, a los académicos, a los legisladores, a los jueces, al maestro que arregla la casa, a los jóvenes, a los taxistas, a los dirigentes sindicales, a los secretarios y subsecretarios…..todos negociando, todos intentando vender una pomada, todos tratando de ganar en la competencia del poder, de la plata y de la vanidad.
Pucha kay.
Los significados de la comunicación están impregnados de esta competencia feroz, alrededor de cada cual se ha creado una costra de argumentos, creencias, juicios, prejuicios, actitudes, imágenes, motivaciones, conductas, como una dura coraza para resistir, defenderse, e impedir que en esta batalla florezcan la sinceridad, la buena voluntad, los buenos sentimientos.
Todo es un negocio. Hasta los gestos de caridad, las responsabilidades sociales de las empresas, la monedita al pordiosero, la ofrenda a la iglesia, la ayuda desinteresada, el bien público y los sueños de país.
Tal vez usted, don Anselmo, lo haya sabido desde siempre. Y no tenga deseos de innovar por la misma razón. También está usted en el negocio. No le conviene que las cosas cambien.

Entonces, hay que asumirlo. Antes de entusiasmarse con una idea, con un proyecto o con un sueño, hay que preguntar ¿Cómo voy ahí?. El famoso CVA que vino a reemplazar el viejo paradigma de la convivencia para el bienestar de todos.

Ideas, recurso humano escaso.


A Don Anselmo no le interesa la creatividad. La detesta. Como detesta a los creativos.
Lo que pasa es que Don Anselmo es ese viejo chico, anticuado, conservador, defensor a ultranza del sistema, apegado a las costumbres, ultra formal, lógico por sobre todas las cosas, que todos llevamos dentro. Ese viejo chico que lo critica todo, pero que nunca ha propuesto nada nuevo. Simplemente porque no va con él. A él le gustan las cosas como han sido siempre, incluso le gustan las cosas como eran antes, ni siquiera las de ahora.

A usted, como a Don Anselmo, puede resultarle de poca relevancia este asuntito de las ideas y la creatividad. Cómo explicarle que aquí radica la diferencia de casi todas las cosas.
La creación de nuevas respuestas a los problemas de siempre es como un mandamiento del nuevo tiempo que vivimos. Cómo le digo, un norte ineludible. Un mandato insoslayable. Un imperativo.
Esto, aunque lo he oído reiteradamente en algunos círculos de personas inteligentes de este país, son palabras al viento. En realidad, no se creen ese cuento, porque, aparte, no creo que lo entiendan mucho.

La creatividad en todos los aspectos de la vida nos hace mejores, con menos. Nos vuelve extraordinarios en lugar de ordinarios. Nos genera valor, eso que todos buscan y que creen que se compra en la ferretería o en la conferencia del gurú.

Don Anselmo se revuelve de rabia cuando me oye hablar de estas cosas, sobretodo cuando sublevo a mis alumnos y les pido que busquen la ruptura con lo obvio, que miren las cosas de otra manera, que hagan analogías, que usen el hemisferio derecho del cerebro. Para buscar ideas frescas.

Durante este año 2006, en este espacio conversaremos de creatividad en comunicación en sus diversas expresiones: comunicación social, publicitaria, periodística, política. Don Anselmo, el viejo que llevamos dentro, nos estará acechando y boicoteando siempre.

Fíjese, usted, en este dato como ejemplo: una de las millonarias campañas publicitarias hechas en Chile el 2005, consideradas entre las mejores del año, sólo obtuvo el 4% de recordación. Sólo un 4% de las personas la recordaron. Tal vez esto no le diga nada. Pero quienes anunciaron y pagaron esta tremenda campaña deben estar muy preocupados. Botaron la plata a la basura. Imagínese cómo están los que invirtieron y ni siquiera aparecen en el ranking de los recordados.
Este es un problema de creatividad en publicidad. Uno de los imperativos es crear campañas memorables. Que la gente recuerde la publicidad y la asocie a marcas y beneficios. Hace algún tiempo atrás, una campaña efectiva podía alcanzar entre un 20 y un 50 % de recordación, eso era lo habitual. Pues bien, la mejor del 2005 obtuvo un 4%. Esto es fatal y nos habla de que hay una crisis creativa profunda en esta industria.
Pero eso no es todo, aunque no se midieron las campañas electorales, el problema fue más o menos el mismo. Ausencia de ideas memorables. ¿ Usted recuerda alguna campaña política como interesante, diferente, que se haya escapado de la mediocridad ambiental?

Bueno, así también la comunicación periodística llega a sus más bajos niveles de calidad como producto de entregarse a los contenidos triviales, sin imaginación, sin nuevas perspectivas, a las que ya nos tienen acostumbrados los medios.

Pero en este espacio no sólo vamos a criticar. Dialogaremos sobre cómo estimular las ideas, para hacer más efectiva la comunicación, para desarrollar valor en los mensajes y significados.
Si usted está interesado en este diálogo sobre cómo mejorar la creatividad en comunicación, envíe sus comentarios, pifias, aportes, ideas, por más ridículas o excéntricas que le parezcan. Perder el miedo al ridículo es el primer paso para producir ideas frescas.

Don Anselmo, dentro de mi, grita, se pone rojo de rabia, le da con su bastón al gato, lanza improperios, amenaza, se resiste a todo lo que suene a estas cosas. Bueno, hay que comprenderlo, es una parte de nuestra resistencia interna a las ideas. Y cada día se pone más viejo y más porfiado, aparte de sordo, ciego e intolerante.

Nacerá un niño




Este finde mes nacerá un niño en La Pintana. No se llamará Jesús. Tal vez se llame Luis Miguel, porque a sus padres les gusta como canta este artista, se enamoraron con una canción de él.
Es un niño que no fue anunciado por ningún profeta. Cuando nazca, no cruzará ninguna estrella por el cielo. Ni será visitado por rey mago alguno.
El pequeño José no será famoso, ni líder espiritual de nadie.
Simplemente nacerá en una casucha pobre de un barrio de Santiago de Chile, como muchos otros niños y niñas que nacerán en muchos barrios pobres de este país y del mundo.
Uno más nace para ir a un colegio municipalizado y llegar hasta donde se pueda, sabiendo de antemano que la calidad de su educación no le servirá para acceder a nada. Ya se sabe quienes obtienen los mejores puntajes en la prueba SIMCE y en la PSU.
Tal vez nunca pase por su vida la globalización y los beneficios de los tratados de libre comercio. Es muy probable que no llegue a conocer al viejo pascuero y que Dios no tenga contemplado pasar de visita por ese barrio en su próxima gira. Seguramente, será siempre mirado en menos por los poderososos, por los bancos, por las casas comerciales, por las compañía telefónicas y por los políticos.

En La Pintana, en el sur de Santiago, allí vive María. En un barrio de pobres. En una pequeña casucha de madera instalada en el patio de la casa de sus padres.
Es una población de pequeñas viviendas, construidas sin pensar en los espacios para los niños ni en la necesidad básica de intimidad entre las personas.
Si usted camina por una calle de este barrio, escuchará cinco radios sonando a la vez a todo volumen, gritos desde diferentes casas, usted podrá darse cuenta de todo tipo de cosas íntimas, violencias y promiscuidades.
En las esquinas verá grupos de personas cesantes, niños con la cara sucia, calles a todo sol porque no hay árboles que den un poco de sombra este verano, verá basura acumulada, moscas, rostros duros, personas bebiendo cerveza y jugando cartas, Ella espera un niño. Han sido nueve meses muy duros. Tiene sólo 19 años. Se quiere con José pero no pueden vivir juntos. El tiene 21 y trabaja mucho. Gana el sueldo mínimo. Ella trata de ayudar vendiendo cosas en la feria. Pero en este embarazo ha sido difícil porque ha tenido varios síntomas de pérdida.
José y María se conocen desde chicos, son del mismo barrio. Los dos dejaron de estudiar su enseñanza media para ponerse a trabajar. No les dio para más.
María votará por Piñera porque le tiene terror a los comunistas. José votará por la Bachelet, aunque ha tenido dudas porque es mujer.

No se sabe si José y María lograrán consolidar su relación y formar un hogar, para darle al pequeño Luis Miguel una familia. No se sabe si el niño podrá librarse de la droga mientras crezca en un ambiente tan duro. Tampoco se sabe si algún día podrá comprender lo que significan las palabras triunfo, felicidad, éxito, bienestar, calidad de vida, igualdad, amor, libertad, patria, Fé,
Pero sí será un experto, con seguridad, en lo que significa pobreza, dolor, frustración, tristeza, abandono, exclusión, desamor, pérdidas, necesidades, escape, resentimiento…
No es el niño Jesús el que nacerá en La Pintana en estos días. Es un pobre niño chileno de un lugar olvidado, que viene a incrementar el índice de desigualdad, la grosera diferencia entre quienes más tienen y los pobres de nuestra Patria.
Luis Miguel puede nacer cualquier día de estos, ya estamos en la fecha. Sería estupendo que Michelle y Sebastián, esos tíos lejanos, le dieran el mejor de los regalos de navidad: la esperanza de un futuro mejor.

Convertir lo ordinario en extraordinario.


Se ha puesto muy ordinaria la vida. En este país tan extraordinario. Partiendo por la pauta de la vida que entregan los medios de comunicación en sus programas habituales.
Uno deambula por los programas de televisión y no sabe si realmente puede ser cierto todo lo que ve. Pienso en los directores ejecutivos de los canales tomando decisiones sobre el tipo de programas y realmente me doy cuenta que es una actividad muy poco deseable. Decidir cada día que por el interés superior del rating hay que poner más y más vulgaridad a la vida, es francamente penoso.

Pararse frente al kiosco cada día y leer los titulares de diarios y revistas es un daño ecológico para todos quienes estamos expuestos a esa depredación. Niños, niñas, jóvenes, adultos, viejos, gordos y flacos, ricos y pobres.
En la mayoría de las portadas - como en los noticieros- insultos, minas en pelotas, accidentes, asaltos, robos, escándalos de poca monta convertidos en titulares de varios días.
El negocio es ventilar la vida privada, la intimidad y la dignidad de las personas. La moda es hablar mal. La sintonía se gana exponiendo las miserias de unos y de otros en directo. El negocio de algunos es exponerse, cobrar por ser protagonista de un suceso extramarital.
Chile es un gran reality show, que explota instintos y pasiones bajas, intimidades y secretos de mal gusto.
Escucho la radio, recorro todo el dial y el escenario es el mismo o peor.
La pobre señora que no tiene para ir a un especialista, consulta sobre los problemas sexuales de su marido a viva voz, desde un anonimato aparente . El novio llora al teléfono porque su novia de siempre la dejó por su mejor amigo. El conductor pregunta a la empleada doméstica si le gusta acostarse con el hijo del patrón, menor de edad. La tarotista le da certidumbres a una pobre mujer gorreada por el marido. La secretaria dice que anda con su jefe, aparte de su novio. Que el problema es la mujer del jefe.
Mientras una famosa radio llama a liquidar a los “flighter”. Y dejan la mansa embarrada.
En la tele, como gran cosa, nos presentan el superprograma del asesino de una joven. ¿Cómo la mató?, ¿Por qué la mató?. Francamente sucia la forma de ganar rating.
Todo esto con el gentil auspicio de las principales marcas del país.
Las vulgaridades son más aún. El candidato ultraderechista hace promesas socialistas. La candidata socialista no hace promesas ¿Se había visto algo similar, un socialista sin sueños?. Mientras un candidato de derecha se define de centro y listo para la foto. Chile es pan comido.
El viejo Capitán General trata de hacerse el loco. Su socio estratégico se defiende diciendo que a él lo mandaba el Capitán General. Pobrecito.
La radio religiosa vende pomadas de salvación a diestra y siniestra. Amenaza con el apocalipsis, con el juicio final, con las barbaridades más terribles paras quienes no se arrepientan. La otra iglesia dice que las desigualdades son intolerables, pero no se la juega repartir los panes y los peces. Partiendo por repartir sus propios panes.
El gurú habla cada día más estupideces, auspiciado también por marcas líderes.
Anillos de poder, pulseras mágicas, muñecas inflables, recetas para despertar la pasión, recetas para bajar de peso sin esfuerzo, recetas para tener éxito sin trabajar, recetas para llegar al cielo, recetas para llegar al infierno. Recetas y tetas, muchas tetas.

Se ha puesto vulgar la vida. También en la Plaza de Armas, otrora lugar de encuentro, de palomas, abuelos, maní confitado, niños, retretas, ciudadanía y urbanidad….se pasean locos y locas, vagabundos, falsos profetas, asaltantes, ilusionistas, vendedores de cuchillos mágicos, artesanías fuleras…para qué seguir.

La creatividad se define como “Convertir lo ordinario en extraordinario”. ¿Qué sería en este caso lo extraordinario para este Chile tan vulgar y con ese aire tan pomposo que nos damos por tanta modernidad?

Plata a la basura


La publicidad comercial y la propaganda política no ha podido mantener en alto la creatividad de que hizo gala algunos años atrás.
Sin saber leer ni escribir (no es broma), ni dibujar, armados de un buen Mac y de su habilidad para manejar programas computacionales de diseño, nuevos “creativos” han producido campañas que no alcanzan el mínimo exigido para que se reconozca una idea. ¿Alguien recuerda una gran campaña en los últimos años? Con algunas excepciones, crear comunicación se ha vuelto algo parecido a hacer comida rápida, en envases desechables.

Una buena cantidad de basura publicitaria y de propaganda política se amontona frente a nuestros ojos.
¿Tendrán conciencia los creadores, que al hacer comunicación vulgar, se potencia la mala calidad de la comunicación en la sociedad? ¿Habrán aprendido que el lenguaje crea la realidad? ¿Qué a la vez de anunciar un producto o un candidato, la comunicación debe ser estética y promover identidad? ¿Sabrán que la creatividad es una necesidad para lograr diferenciación y recordación en el corto y en el largo plazo?

Basta darse vueltas por el país y ver las campañas electorales.
El Mejor. Tu Diputado. Fuerza de Mujer. Estoy contigo. Más cerca de ti. Por eso. (Este último eslogan sí que es surrealista)
¿Alguien reconoce un concepto que contenga una promesa sustentable, creíble, con respaldo?

La campaña “Estoy Contigo” es una muestra de inconsistencia técnica en la construcción del mensaje. La idea es “estoy contigo” y aparecen dos fotos separadas, la gente por un lado, la candidata por otro. En definitiva, la imagen dice No estoy contigo, estamos separados, aunque el texto diga lo contrario. ¿Será un lapsus? Esto, aparte de otros garrafales errores técnicos.
Para qué comentar la campaña de Lavín. Alas para Chile. Más plata botada a la basura.
La de Piñera…Se puede. ¿Qué se puede. ¿Quién puede? ¿Para qué puede? ¿Cómo puede?

Lever, famosa casa de muchos productos, hace años enseñó reglas básicas para hacer publicidad efectiva: Este detergente lava más blanco (promesa basada en un beneficio para el consumidor), porque tiene biosolves, o blancoactivos, o tal o cual ingrediente que trabaja mejor con la suciedad y/o con los colores. Este principio hoy no existe, las campañas declaran promesas sin ningún sustento que les dé credibilidad.
Si miramos las campañas de ingreso a las universidades, vamos por lo mismo.
Qué decir de las campañas de gobierno o de las campañas de televisión para muchas marcas (¿Alguien honradamente sabe lo que es el Plan Auge o el TranSantiago?)
.
Ausencia de conceptos únicos u diferenciadores, guiones pobres, carentes de interés humano, chistecitos fáciles, poca inteligencia, temor al riesgo, falta de audacia creativa, temor a la ruptura, más de lo mismo. Y vulgaridad, muchos gritos, efectos y estereotipos.

¿Qué nos pasó si íbamos como avión en esto de hacer campañas?

Hay una razón en todo esto.
El mercado compra cualquier cosa. Lo que se anuncia, se vende. Los malls pasan repletos. Hay listas de espera para comprarse un Peugeot 206. Los candidatos, ya se sabe. (¿se sabe?)
La industria de la publicidad tuvo cambios importantes en su estructura y en las formas de remuneración a la creación. Es el reinado de los objetivos de cortísimo plazo. El futuro no es lo importante, como si el mundo se fuese a acabar mañana.

Entonces, ¿a quién puede importarle la creatividad y las estrategias?
Muchos clientes y agencias aprendieron que los jóvenes publicistas hacen lo que le pidan por un ingreso 10 o 20 veces menor que un profesional con oficio. Los políticos, por poca plata tienen una campaña para admirarse a sí mismos.
Los electores no tienen mucho donde elegir. Los consumidores son mirados como rebaños que se mueven para donde escuchan la campanita.
¿Seremos estúpidos, consumidores y electores?

Plata a la Basura

La publicidad comercial y la propaganda política no ha podido mantener en alto la creatividad de que hizo gala algunos años atrás.
Sin saber leer ni escribir (no es broma), ni dibujar, armados de un buen Mac y de su habilidad para manejar programas computacionales de diseño, nuevos “creativos” han producido campañas que no alcanzan el mínimo exigido para que se reconozca una idea. ¿Alguien recuerda una gran campaña en los últimos años? Con algunas excepciones, crear comunicación se ha vuelto algo parecido a hacer comida rápida, en envases desechables.

Una buena cantidad de basura publicitaria y de propaganda política se amontona frente a nuestros ojos.
¿Tendrán conciencia los creadores, que al hacer comunicación vulgar, se potencia la mala calidad de la comunicación en la sociedad? ¿Habrán aprendido que el lenguaje crea la realidad? ¿Qué a la vez de anunciar un producto o un candidato, la comunicación debe ser estética y promover identidad? ¿Sabrán que la creatividad es una necesidad para lograr diferenciación y recordación en el corto y en el largo plazo?

Basta darse vueltas por el país y ver las campañas electorales.
El Mejor. Tu Diputado. Fuerza de Mujer. Estoy contigo. Más cerca de ti. Por eso. (Este último eslogan sí que es surrealista)
¿Alguien reconoce un concepto que contenga una promesa sustentable, creíble, con respaldo?

La campaña “Estoy Contigo” es una muestra de inconsistencia técnica en la construcción del mensaje. La idea es “estoy contigo” y aparecen dos fotos separadas, la gente por un lado, la candidata por otro. En definitiva, la imagen dice No estoy contigo, estamos separados, aunque el texto diga lo contrario. ¿Será un lapsus? Esto, aparte de otros garrafales errores técnicos.
Para qué comentar la campaña de Lavín. Alas para Chile. Más plata botada a la basura.
La de Piñera…Se puede. ¿Qué se puede. ¿Quién puede? ¿Para qué puede? ¿Cómo puede?

Lever, famosa casa de muchos productos, hace años enseñó reglas básicas para hacer publicidad efectiva: Este detergente lava más blanco (promesa basada en un beneficio para el consumidor), porque tiene biosolves, o blancoactivos, o tal o cual ingrediente que trabaja mejor con la suciedad y/o con los colores. Este principio hoy no existe, las campañas declaran promesas sin ningún sustento que les dé credibilidad.
Si miramos las campañas de ingreso a las universidades, vamos por lo mismo.
Qué decir de las campañas de gobierno o de las campañas de televisión para muchas marcas (¿Alguien honradamente sabe lo que es el Plan Auge o el TranSantiago?)
.
Ausencia de conceptos únicos u diferenciadores, guiones pobres, carentes de interés humano, chistecitos fáciles, poca inteligencia, temor al riesgo, falta de audacia creativa, temor a la ruptura, más de lo mismo. Y vulgaridad, muchos gritos, efectos y estereotipos.

¿Qué nos pasó si íbamos como avión en esto de hacer campañas?

Hay una razón en todo esto.
El mercado compra cualquier cosa. Lo que se anuncia, se vende. Los malls pasan repletos. Hay listas de espera para comprarse un Peugeot 206. Los candidatos, ya se sabe. (¿se sabe?)
La industria de la publicidad tuvo cambios importantes en su estructura y en las formas de remuneración a la creación. Es el reinado de los objetivos de cortísimo plazo. El futuro no es lo importante, como si el mundo se fuese a acabar mañana.

Entonces, ¿a quién puede importarle la creatividad y las estrategias?
Muchos clientes y agencias aprendieron que los jóvenes publicistas hacen lo que le pidan por un ingreso 10 o 20 veces menor que un profesional con oficio. Los políticos, por poca plata tienen una campaña para admirarse a sí mismos.
Los electores no tienen mucho donde elegir. Los consumidores son mirados como rebaños que se mueven para donde escuchan la campanita.
¿Seremos estúpidos, consumidores y electores?


Destacar:
En algún momento llegamos a pensar que desafiaríamos el eterno liderazgo de argentinos y brasileños en la publicidad latinoamericana. Pero fue una ilusión, como en el fútbol.

www.lacomunicación.com


Calida: Nadie quiere hablar conmigo, porqué está tan fría esta sala
Eduardo: Estoy solo, busco dama atractiva, sensual, inteligente, vivo en la Patagonia
Cristal: Tengo siete hijos y túuuuuu
Jade: Cindy es puta
Triste: Me quiero morir
Linda-arg: Algun hombre interesante de Barcelona?
Casadocaliente: Cómo te llamas, bebita?
Josué: Sólo la palabra de Dios nos ilumina el camino
Mexicanasexi: No trates así a los demás, todos tenemos derecho a expresarnos
Nadia19: Hola casadocaliente, visita la página www.putas.com
Españolcachondo: No, de Galicia, nada tengo que ver con los de la ETA
JoséDavid: Quiero escribir los versos más tristes esta noche
Anais: ¿Algún hombre culto, inteligente y de buen gusto para charlar en privado?
Ingeniero: Me separé hace un mes, cinco días, tres horas y doce minutos, soy libre y feliz
Soñadora: Porqué todos quieren hablar de sexoooo?
Jade: Cindy es puta
Nena18: Me gustan los maduros, pero tú estás muy lejos
Soltera40: busco al hombre de mis sueños y no pierdo la esperanza
Sinvergüenza: No te metas conmigo, cabrón
Escorpion: Felizmente separada de un piscis hdp
Papi: ¿Alguna damita soltera de Chichicastenango por ahí??
Administrador: Jade ha sido expulsada de la sala
Cindy: Soy abogada, rubia, alta, ojos miel…tienes cam?
Casada33: Sola, muy solita, mi marido anda de viaje
Vagabundo: ¿Alguna mujer madura que quiera conocer la felicidad?
Poeta: Tus ojos son como dos perlas negras que brillan en mi oscuridad
Josué: Sólo la palabra de Dios nos ilumina el camino
Abiertademente: No se puede confiar en nadie en este mundo
Amigointimo: soy vendedor de seguros, pero de profesión actor
Cazada: Es sólo un nick, soy casada y tengo dos preciosos bebés.
Lolochileno: Alguna persona madura que me pueda dar un consejoooo?
Jesús: Hola Cindy
Peruanohot: Chilenos cabrones chinga de su madre
Soledad: ¿De dónde venimos, para dónde vamos?
Cachonda: joder
Mujermadura: Algún caballero para conversar con fines serios????
Ximena: ups
Mujeralta: te está afectando el síndrome de la abstinencia intelectual, poeta del lugar común
Josué: Sólo la palabra de Dios nos ilumina el camino
Jovenbuscamadura:¿¿¿ Alguna señora con experiencia???
Cubanomiami: ¿Eres comunista, cabrón?
Colombianasexi: De Barranca Bermeja ¿conoces?
Tupac: vivan los pueblos latinoamericanos, viva el comandante Marcos
Natalie: Nops, lee bien, soy mujer
Triste: Me voy a morir!!!!
Gataencelo: Donde están los hombres???...estoy desveladaaaaaaa
Juanpedro: Reloj no marques las horas…
Mamita: Porque mi vida se acava
Aventurero50: Caminante no hay camino
Chilena: Me encantan los argentinos, porque son elegantes y seductores, no como los chilenos
Josué: Sólo la palabra de Dios nos ilumina el camino
Argentino49: ¿Por qué no paran de hablar tantas boludeces?
Caracola: ¿algún chileno del cerro Los Placeres??
Cindy: Hola casadocaliente, de dónde eres
casadocaliente ha salido del sistema
Luzdeluna: ¿no te molesta que sea boliviana?
Perfumedemujer: Escribir, por ejemplo, la noche está estrellada
Comunicativa: Hola, hola, hola
Discreta: Bueno, me voy, son todos encantadores en esta sala
Jesús: Cindy, tienes MSN?
Josué: ¡Váyanse al carajo!

Viva Chile


Mi amigo electricista prometió arreglar todos los problemas de la instalación de mi casa, recibió plata y no volvió más.
Vino un nuevo electricista, dijo que el problema que había arreglado el anterior no era el problema. Hizo nuevos arreglos. Y nosotros seguimos con el tema, cada dos días nos quedamos sin luz en la casa.
La costurera demoró más de un mes en cambiar un cierre a mi pantalón. La explicación, tenía que hacer otras cosas más importantes.
El técnico en electrodomésticos de mi barrio demoró tres meses en devolver una juguera sin repararla.
El cerrajero dijo que para arreglar el portón de mi casa había que cambiar toda la estructura metálica por $200.000. En realidad, sólo se requería un arreglo de menos de $10.000.
El jardinero prometió traer plantas que nunca llegaron. Incluso nos dijo en qué lugar había que ponerlas.
El carpintero hizo bases para una mesa que no se podía parar porque las patas llegaron mal cortadas.
Nos ganamos dos promociones en una farmacia, sin siquiera pedirlo, y no pudieron darnos los premios porque no habían.
El técnico en computación prometió arreglarnos el computador hacer un par de meses. Aún no llega.
Se cortó la luz por más de 24 horas en mi barrio, la compañía de electricidad nos dio cinco explicaciones diferentes. Hasta que amenacé con publicar esto haciéndome pasar por periodista. La luz llegó en tres minutos.
La semana pasada, el electricista de mi oficina (otro electricista) fue a revisar la instalación, pero andaba sin las herramientas. Aún no vuelve.
Un sobrino está con problemas de trabajo, lo recomendé a un amigo. El joven no llegó a la entrevista y no ha dado señales de vida.
Me di cuenta que el ciego que pide plata en una esquina no es ciego. El otro día estaba sin bastón, comiéndose un completo y paseando por el minimarket, como Pedro por su casa.
En el momento de girarles todos los cheques del año escolar, el colegio de mi hijo se comprometió al menos a avisarme cuándo se harían las reuniones dado que soy padre separado y no me llegaban las citaciones directamente. Durante este año, no he recibido ningún mensaje. Y se han realizado varias actividades. Por cierto, después dicen que soy un padre distante.
Mi hija estudió en uno de los colegios más caros de Chile, fue parte de un curso de alumnos de “excelencia” según los directores y profesores. No quedó en la universidad porque no le alcanzó el puntaje, como a la mayoría de sus compañeros del famoso curso especial.
De la compañía de teléfonos me llega una cuenta de un número inexistente, llaman frecuentemente de la compañía a mi celular para amenazarme si no pago la cuenta del teléfono fantasma.
A la nana de mi casa le pagamos todo cuando la despedimos por no cumplir obligaciones básicas. El siguiente mes recibimos una cuenta telefónica de $250.000 en llamados hechos por ella a celulares.
De la empresa de celulares llaman para decirme que gané un nuevo teléfono y además un premio en plata. Me enteré que es una estafa.
Fui a renovar mi licencia de conducir, tuvimos que ir dos días, el segundo día nos tuvieron más de siete horas esperando. Había algunos personas de la tercera edad que habían manejado toda su vida, los hicieron hacer tres veces los exámenes. Para obtener licencia en mi comuna hay que pasar por cinco oficinas.
El banco no trepidó en embargar casi todo lo que tenía. Pero mis clientes nunca pagaron sus deudas conmigo. Y yo no tuve ninguna posibilidad legal de hacerles a ellos lo mismo que me hizo el banco.
En la última semana, tres clientes no llegaron a las reuniones que estaban comprometidas, sin dar explicación.
Participamos en dos licitaciones del estado y ganamos ambas. Pero fueron declaradas desiertas por razones institucionales. En ambas, las autoridades cambiaron las reglas del juego.
Estuvimos treinta años pidiendo verdad y justicia en este país. Ahora que comienza a ver un poco de justicia, queremos liberar de todo a los asesinos y dejar atrás el pasado.

Habría que entrar a picar en este país, tal vez sea yo quien deba cambiar. ¿Cuántas veces habré hecho a los demás cosas que a mi no me gusta que me las hagan?
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Viva Chile, mierda!

Másdelomismo


Ha circulado por la red un documento sobre política de comunicación para el posible nuevo gobierno de la Concertación y, en general, se puede apreciar que se trata de un conjunto de iniciativas destinadas a hacer más de lo mismo. Vale decir, muy poco, en materia de profundizar la comunicación gobierno-ciudadanos.
Los comunicadores de la Concertación, deben encontrarse muy contentos con las encuestas de popularidad de Lagos en su último año. Y los comunicadores de Michelle Bachelet, deben encontrarse muy contentos con las encuestas de popularidad de su candidata.
Todo pareciera indicar que la comunicación funciona perfectamente y no habría motivo para proponer cosas nuevas.

Comunicación para qué.
Toda política pública de comunicación y sus estrategias debería dar cuenta de una idea de país, de un sentido. Y esto simplemente no aparece. ¿Cuál es el país al que nos invitaría la comunicación de un futuro gobierno? ¿Qué es lo nuevo ahora que el país se consolidó en sus instituciones, alcanzó estos índices de crecimiento y se ordenó la casa? ¿Cuál es la relación que propone entre los ciudadanos y las autoridades en esta nueva etapa? ¿Cuáles son los valores que la comunicación pública compartirá con todos los chilenos?

Participación Ciudadana.
Aunque la candidata a presidenta plantea ente sus ideas centrales la participación ciudadana, no se ve ningún soporte contundente para pasar del dicho al hecho. La participación ciudadana no es posible sin comunicación, sin información oportuna y sin posibilidades reales de interacción entre los ciudadanos y quienes coordinan las políticas públicas. .
La conclusión de esto puede ser que la participación que se propone para el futuro es sólo un maquillaje de cambio, que viene a cristalizar la permanente exclusión de los ciudadanos en los procesos de construcción del futuro. Más de lo mismo, democracia coja, a medias, sin el actor principal.

Financiamiento de comunicación pública y medios democráticos.
Nada serio se plantea respecto de la necesidad de que los programas de gobierno tengan presupuesto para información, promoción y educación. Así, seguiremos con la gente desinformada de los beneficios de las políticas públicas, ajenas a la toma de decisiones y ausentes en el intercambio de información que hoy se da sólo a niveles de intermediarios privilegiados.
Y seguiremos con funcionarios acusados de usar presupuestos de mala forma, cuando quieran promover un beneficio para la gente.
En este mismo ámbito, no hay una definición sólida acerca de la necesidad de estimular, financiar, promover, medios democráticos independientes. A estos se les pide lealtad con la democracia, pero no se les pone ni una página en avisos a la hora de hacer campañas. La torta de la llevan los de siempre, los medios de la derecha.



Volver a las fuentes.
En los inicios de la Concertación, la comunicación fue una de nuestras más poderosas herramientas. Cuando entre todos ganamos la gran batalla del NO.. La Concertación era dueña de la comunicación, aunque no tuviera los medios, porque fue capaz de empoderarse de los valores democráticos, de la comunicación con la gente y del sentido de país que traía consigo un triunfo en el Plebiscito.
En los años posteriores, se mantuvo algo de eso. Aún cuando un connotado comunicador a cargo de este tema señaló “que la mejor comunicación es la que no se hace”. Así, poco a poco, la comunicación de la Concertación perdió el encanto, la belleza, la alegría, la creatividad, los colores, la sintonía fina con las emociones y sueños de la gente. Perdió el sentido y los conceptos. También los valores. Y perdimos el buen gusto.
Hasta que llegamos al rombo. Ese país cuadrado, compuesto por muchos cuadraditos bien alineados que hablan de un país que funciona, pero sin sueños y sin imaginación. Con una comunicación administrada por eficientes funcionarios especialistas en Chile Compras y en definir dónde debe ir colocado el rombo.

Calidad y cantidad.
Las estadísticas no dan cuenta de la falta de sentido, de la ausencia de sueños, de los sentimientos de exclusión y falta de reconocimiento, del desencanto, de la falta de confianza en las relaciones, de las barreras sociales y culturales para la innovación y la creatividad, de la sensación de abuso permanente de quienes tienen una cuota de poder sobre los que no la tienen. Entre otras cosas.
Aunque muchos comunicadores oficialistas quieran demostrarnos que esta es “La copia Feliz del Edén”, a punta de encuestas, es necesario reiterar una y otra vez que el problema no es de porcentajes, sino de calidad de las relaciones y de calidad de vida de la gente. De eso se trata la comunicación gobierno-ciudadanos. El resto es contar preferencias por lo menos malo contra lo peor que nos podría pasar.

Derecho a equivocarnos


Cierre los ojos y sueñe. Un mundo de certezas, donde toda la gente sabe de dónde viene, quién es y para dónde va, sería un mundo muy particular. Un mundo sin dudas. Qué maravilla.
Un mundo sin preguntas, porque ya están todas las respuestas. Sería cuestión de levantarse cada día con la certidumbre de todo. Sería cosa de tener diccionarios de preguntas y respuestas clasificadas. Por edad, sexo, grupo socioeconómico, grupo político, ubicación geográfica, origen cultural. Todo estaría resuelto. Sería cosa de consultar un libro de respuestas o por Internet, cuando nos faltara memoria. Y si anduviéramos sin diccionario por la calle, podríamos consultar a una línea 800 desde el celular ¿Cuál es la respuesta para el desamor, señorita? ¿Me podría dar la respuesta para el desarrollo económico con igualdad? ¿Cuál es la respuesta para los niños que preguntan a cada rato por qué esto o por qué lo otro? ¿Con cuál de las dos tengo que casarme? Y una señorita muy amable, en pocos segundos, dictaría la respuesta precisa, la única respuesta, aquella que alivia y resuelve todo, y diría, gracias por consultar el fono-respuesta-para-todo. Estamos a sus órdenes.

Un mundo sin problemas.

Para cada cosa habría una solución. Para cada causa, un causo. Para cada sueño, una dueña. Para cada ilusión, un jardinero. Para cada etapa de la vida, una fórmula. Para casa crisis, un traje nuevo. Para cada vacío, un vaso lleno. Para cada sinsabor, una caja de condimentos. Para cada pesar, una pausa liviana. Para cada Soledad, un Pedro. Para cada noche, un día de sol. Para cada quiebre de la empresa, un préstamo blando de largo plazo.
Que bonito sería para algunos. Y que aburrido a la vez para otros.

El camino propio.

Un viejo y sabio amigo mío de toda una vida, que murió hace muy poco, me dijo al oído un día, cuando me encumbraba hacia la adolescencia: “Busca el camino original, no aceptes las recetas de las revistas, intenta tu propia manera de vivir. No creas en nada de lo que dicen que debe ser. Todo eso es falso. Inventa tu vida”. Y se fue con cara de haber hecho una maldad piadosa.
Lo escuché en silencio, porque era una persona para escucharla en silencio. Era un sabio del universo, que hacía canciones, vitrales, cuentos para niños, aparte hacer su trabajo de cura: hacer misas, confesar, dar la extremaunción y todas esas cosas propias de la profesión.
No tuve nada que decir frente a su consejo al oído, nada que protestar. Le encontré razón. Sólo debía ponerme manos a la obra.
Quise preguntarle si esto incluía La Biblia, pero, francamente, no me atreví. Me imaginé que también.

El problema de la originalidad.

El problema es que el camino original significa hacerse preguntas. Llenarse de dudas por resolver. Implica hacerse interrogantes sobre el ayer, sobre el hoy y sobre el mañana. Implica no conformarse con la receta del horóscopo, del sicólogo, del gobierno, de la sociedad que vivimos, ni de la revista de moda, ni del gurú de moda. Ni siquiera con las respuestas de la religiones.
Y hacerse preguntas significa entrar en el campo de los errores de ortografía, y de los errores de cada ensayo de vivir.

Por otra parte, nos educamos en un sistema que no nos da derecho a equivocarnos, reconocer los errores es como exponernos desnudos con nuestro orgullo por los suelos. Esto es considerado como una señal de fragilidad, de debilidad.
Sin embargo, con el tiempo, nos damos cuenta que la única forma de aprender es equivocándonos, cometiendo errores. Si no los cometiéramos, no habría nada que aprender y la vida sería un poco latosa. Sería el mundo de los inteligentes, de los que siempre dan en el clavo, de los que sacan siempre la mayor rentabilidad a la vida. No perderíamos tiempo, ni plata, ni paciencia, ni orgullo.

Pasaron años para que me diera cuenta que el viejo sabio me había metido en un tremendo lío, tenía que aprender a equivocarme con bastante frecuencia y aceptar los errores como una manera de aprender. Y esto duele, porque duele crecer. Los estirones son casi siempre bruscos e inesperados. Como si fuera poco, tenía que aprender a hacerme cargo de los errores. Pésimo negocio.
¿Para qué? Para volver a hacerse nuevas preguntas. Vaya jueguito.

Las preguntas.

Necesitamos hacernos buenas preguntas para no llegar a las recetas que ya no nos sirven.
Buenas preguntas, ¿dónde encontrar buenas preguntas?, ¿dónde se venden preguntas?, ¿en qué universidad enseñan a los alumnos a plantearse preguntas extraordinarias?
No se trata de ¿dónde encontrar buenas respuestas?. Porque en el camino creativo, la repuesta es única y proviene siempre de una pregunta original. No hay buena idea sin buena pregunta.
Cuando al fin encontramos una respuesta creativa es como un resplandor, como un campanazo intenso y profundo dentro de cada uno. Es la idea que vuelve a dar sentido a las cosas, genera posibilidades de futuro, abre las ventanas que dan al horizonte… y provoca nuevas preguntas. Bueno, siempre esto nos llevará a lo mismo. A un nuevo lío. Probablemente a varias equivocaciones previas antes de la certidumbre.

La vida es creativa y nos tendremos que ir acostumbrando.

Así fue como descubrí que lo más hermoso de este mundo no es tener respuestas para todo, sino hacerse buenas preguntas. Y que en este ciclo, el permiso para la equivocación es como un permiso de circulación para vivir humanamente.
Como ya nosotros fuimos educados en las respuestas, y no nos ha servido de mucho, propongo que en los colegios a los niños y niñas se les pongan buenas notas por la capacidad de hacerse buenas preguntas, en lugar de responder lo que el profesor quiere que respondan.
Prueba para la casa, por ejemplo: niños, deben traer siete buenas preguntas sobre el mar, o sobre la física, o sobre las estrellas. Sería imposible copiarse, sería imposible no estudiar. Sería imposible no pensar.
Propongo también que se les califique positivamente por cada error que cometan. La reforma educativa tendría extraordinarios resultados. Seres humanos creciendo en la experiencia de vivir y aprender de la equivocación humana, natural, necesaria.
Las buenas preguntas son verdaderos imanes que capturan la inteligencia y la emoción. Son provocaciones para despertar las posibilidades más extraordinarias de nuestra humanidad. El error en las respuestas es la mejor oportunidad de aprender y creser. ¿o me equivoco?
Porque si acertáramos siempre, volveríamos a lo mismo. El mundo sería francamente inzooportable.


Así es como, cuando olvido estas cosas, regreso a las Preguntas de Neruda. Aquí van algunas. Recibiremos con gusto posibilidades de respuestas.

Con las virtudes que olvidé ¿Me puedo hacer un traje nuevo?
¿Por qué el sol es tan simpático en el jardín del hospital?
¿Fue adonde a mi me perdieron que logré al fin encontrarme?
¿Qué distancia en metros redondos hay entre el sol y las naranjas?
¿Cómo se llama la flor que vuela de pájaro en pájaro?

Sueños a mil


En todos estos años de trabajo con la gente de diversos países, hemos aprendido que antes de iniciar una actividad programada y sistemática de comunicación, es necesario investigar en las personas que van a participar del proceso, descubrir sus emociones involucradas y descubrir los sueños de cada uno.
En esto consiste el trabajo de la comunicación en este siglo. Es necesario convertirnos primero en perceptores de los sueños y emociones de la gente, para poder descubrir cuál es el gran sueño que contiene a cada uno de esos pequeños sueños y pequeñas emociones.
Esto sucede con una empresa, con un país o con una organización social.
La fábrica de los sueños está en cada persona. Se trata, entonces, de saber cómo conectarnos con los sueños de cada uno y de todos, esto es la energía disponible para movernos en una dirección.
Los sueños son nuestras propias emociones articuladas en una historia proyectada en nuestra imaginación. Esta historia tiene un principio, un desarrollo y un final. A veces, sólo vemos el final, visualizamos sólo la imagen final de la película de nuestra vida o de nuestro proyecto. La construcción de sueños requiere que las personas aprendan a construir la historia completa. Vale decir, es necesario precisar dónde comienza y dónde termina el sueño de cada cual. El guión completo. Con toda la secuencia de acciones que conducen al estado deseado.
Un sueño, ya lo sabemos, puede ser considerado como una idea estrafalaria, sin destino, sin posibilidades. Los destructores de sueños saben hacer esto como verdaderos profesionales. Son los depredadores de los sueños, los que antes de escuchar un sueño completo, están diciéndonos que no se puede, que no se debe, que no se tienen los recursos, que eso no corresponde a la cultura de la empresa o del país, que esta idea ya fracasó en algún lugar, que mejor nos dediquemos a trabajar en vez de perder el tiempo en soñar. Los depredadores son los representantes de las visiones cortas, pequeñas, de la ganancia máxima a cualquier costo en el menor tiempo.
Los constructores son los soñadores y creadores. Los que no pueden dormir pensando o soñando un mundo diferente al que tenemos y buscan la forma de cambiar la dirección y el sentido de las cosas. Aunque los llamen locos. Los que tienen visiones de largo plazo, los que van más allá de sí mismos y piensan en la humanidad.

De dónde vienen los sueños.
Vienen de todas partes. Nadie puede afirmar que sólo vienen de una fuente. Podemos imaginar las energías de los sueños viniendo de todas partes de nuestro cosmos interno y externo, como los mensajes de internet que cruzan hoy el espacio de un lado a otro formando una poderosa red de conexiones de ideas, información y de personas. Sólo que en el caso de los sueños, esta red es aún más antigua, más poderosa y más humana.
La existencia humana es multidimensional, tiene afortunadamente muchos aspectos, muchos planos.
Sólo en el campo de las emociones básicas de los seres humanos nos encontramos con la emoción de la alegría, de la tristeza, del miedo, del amor fraternal, del amor a la sociedad, del amor al medio ambiente, del amor erótico, del amor al universo, del amor a un ser superior.
En cada una de estas emociones está contenido el potencial de soñar. Las emociones son el combustible para que la poderosa máquina de los sueños comience a funcionar en nuestra imaginación.
Los sueños vienen de ver, de observar la realidad tal cual se nos presenta y de descubrir que esta realidad tiene un orden que a veces parece un desorden, un desequilibrio, algo que no funciona bien, algo que nos hace aparecer el sentido crítico frente a lo que vemos. De la observación crítica nacen los sueños, de la rebeldía y el desencanto.

Los sueños vienen de los ejercicios de ampliación de la conciencia. Se afirma que los grandes artistas y científicos de la humanidad tuvieron la capacidad de ampliar su estado de conciencia para acceder a un campo mayor del conocimiento y de la sensibilidad humana ordinaria. Pudieron visualizar cosas, obras, piezas musicales, películas, que contenían una visión extraordinaria.

Esta visión primero fue un sueño, luego una idea, luego un proyecto, luego una realidad.
No quiero afirmar que la imaginación humana produce la realidad ni que la realidad determina la conciencia y la imaginación. Esas son cosas que se discuten en las salas de las universidades.
Si entendemos la vida como un constante ir y venir, como un permanente e infinito fluir e influir de los elementos dentro del cosmos, podemos entender que en algunas ocasiones primero es la idea, en otras ocasiones primero es la materia.
Somos idea y somos materia. Ambas son energía que existe en diferentes planos de vibraciones. Y somos más que eso. Somos espíritu, el conductor del alma humana hacia la trascendencia.
Y ya no se trata de conversaciones entre hippies de los sesenta. Se trata de afirmaciones que están realizando los grandes investigadores del ser de nuestro tiempo .

Nota: se recomienda leer a Ken Wilber, Los tres Ojos del Conocimiento.

Quiero escribir los textos más dulces esta noche.


Escribir, por ejemplo, todo lo que disfruté como creativo publicitario haciendo campañas para los helados Savory de Nestlé, durante siete años. Era fantástico. Ir a la fábrica de helados con ojos de niño, hablar con el operador de las máquinas y preguntarle: Jefe, ¿se podría hacer un helado color amarillo y chocolate, con forma de una cola de tigre?
Pero, por supuesto, respondía. Es cosa de llenar el molde alternadamente con los dos sabores. Y así nació Cola de Tigre. Un exquisito helado de crema de vainilla y chocolate, los dos sabores preferidos por los niños chilenos, incluso por los adultos y los viejos con alma de niños. Y así nacieron muchos helados Savory.
Inventábamos el producto, la marca, el envase y la campaña publicitaria.
Los niños de ayer que hoy tienen cerca de 20 años, deben haber crecido con los helados Savory que inventábamos en J. Walter Thompson, la agencia lider de Chile en esos años.

Uno de nuestros mayores éxitos fue lograr que Savory anticipara la primavera y alargara el verano. Lanzábamos los helados en agosto y ya los niños sentían el término del invierno y la llegada del sol. Y hacíamos que el verano se estirara al máximo.
Mis tres hijos mayores hoy tienen poco más de veinte. Con ellos disfrutaba, entre otras muchas cosas, cada lanzamiento de los helados Savory. Tenían cuatro, cinco, ocho años. Ellos difundían orgullosos en su colegio… mi papá hace las campañas de los helados Savory…era todo un suceso, les daba un estatus diferente. Eso me hace aún feliz, no era el papá que tenía más plata o el que tenía un auto más nuevo. Era el que creaba los comerciales de Savory, de Hucke o de Tritón. Y se paseaban orgullosos frente a sus compañeros.

Carolina tenía dos o tres años. Fue entonces cuando nos pidieron hacer una campaña para las galletas McKay, para todas las galletas de ésa marca, que eran muchas.
Una noche Carolina se despertó con susto. Es muy impactante ver a una niña de esa edad que se despierta con miedo a los fantasmas, o amenazada tal vez por algún monstruo de la tele aparecido en un mal sueño.
Así nació una de mis campañas favoritas: Tengo susto. La niña se despierta y va a la cama de los papás…despierta a su papá y le dice: Tengo susto. El papá la toma en sus brazos, la lleva a su habitación y le muestra que no hay monstruos ni fantasmas. Luego la lleva a la cocina y saca una caja de galletas surtidas. La niña come media galleta y se queda dormida en los brazos del papá. El texto de una dulce canción decía: Qué rico es saber que siempre están contigo, aquellos que te quieren de verdad…

Ese spot fue filmado por Silvio Caiozzi, un verdadero mago del cine publicitario, aparte del cine de largometraje. Un mago para narrar historias en 30 segundos. Comerciales hechos en cine. Comerciales nobles. Publicidad con buen gusto…creada de un susto.

Muchos quizás recuerden a ése viejo actor chileno que entraba a la confitería desesperado buscando sus chocolates rellenos de Hucke, los que había preferido toda su vida. No estaban. Amenazaba con reclamar. Con hacer un a protesta. Con ir a los diarios. Exigía respuesta. El vendedor trataba de explicarle, pero nuestro personaje estaba furioso, no escuchaba.
Hasta que el vendedor le pone un pedazo de chocolate relleno con frutilla en la boca. Y el personaje confundido descubre que ahí están, que son sus exquisitos chocolates de siempre. ¿Qué había pasado? Le había cambiado la marca y el envase. Con toda justicia la gente reclamaba. No les habían comunicado el cambio.
Un comercial magistralmente narrado también por Caiozzi. Con el concepto “Hay sabores que nunca pueden olvidarse”.

Publicidad de chocolates, de helados de crema cayendo junto a trocitos de almendras, esa galleta doble redonda cayendo desde lo alto mientras un personaje se lanza por los aires y la alcanza antes de que llegue al suelo…helados con forma de lápiz, helados de piña con crema de coco venidos desde el caribe en una heladera llena de piratas con un loro que gritaba…Cocoloco!!!
Galletas obleas gigantes, hechas por niños medievales que cantaban mientras vertían la deliciosa crema de frambuesa con unas grandes ollas sobre las crujientes obleas…

Me gustan los chocolates Capri, los helados Savory y las galletas McKay. Han sido lo más dulce, lo mejor de mi paso por la publicidad chilena. Me hicieron ver la vida desde la mirada de los niños en la década de los ochenta.
Si todos los creativos tuvieran la oportunidad de ver la vida como los niños…a través de marcas nobles, con producciones nobles, con clientes nobles, no habría tan mala publicidad en Chile. No me gusta esta ausencia de fantasía, no me gusta esta publicidad pretenciosa, que trata de ser inteligente, que reduce al consumidor a un estereotipo, cargada de chistes sin gracia. No me gusta la estética que nos presenta la publicidad de hoy. Faltan ideas y falta nobleza en la ejecución. Y creo que también falta un poco de respeto por los consumidores que antes que nada son personas.

La publicidad es un juego entre los consumidores y las marcas. Es el juego de contar cuentos en 30 segundos de televisión. O en una página de periódico. Es una relación creativa, que debe tener magia y dramatización. En eso consiste la publicidad y toda la gente lo sabe. La gente espera de la publicidad algo más que “llame ya!”.
En este pequeño espacio de tiempo, un creativo tiene la posibilidad de hacer la vida más dulce o más amarga. Puede producir cercanía o irritar. Puede lograr una sonrisa, una emoción, o pasar de largo.
Para la gente, la publicidad es un accidente, casi un mal necesario. Con mayor razón hay que hacer buena publicidad. La gente lo agradece.

Les regalo un trozo de chocolate cayendo sobre un helado en cámara lenta, luego una exquisita salsa de frambuesa que se esparce en primerísimo primer plano sobre el helado.
Mientras de fondo escuchamos…Algo nuevo…cada día algo nuevo que probar, porque siempre hay, algo nuevo bajo el sol….sólo Savory. Sobreimprime logo y eslogan. Fin.

No sólo hice comerciales y campañas para los productos Nestlé, con Savory, Nescafé y Leche Nido a la cabeza, también descubrí que hacer publicidad de detergentes podía ser algo entretenido con Omo y sus testimoniales del lavado más blanco, o las campañas para cocinas, refrigeradores, televisores y ampolletas (bombillos) Philips. O invitar a conversarnos una cerveza Escudo, probar el auténtico pisco del Valle de Elqui, proponer al Arroz Banquete como el mejor compañero, comunicar las ventajas de las Bicicletas Bianchi, los calcetines Moletto, el hilo Cadena, las lanas Cisne, la Sal de Fruta Eno, Anacín, el Banco BCI, la pasta dental Signal o la margarina Bonella. Entre otras muchas marcas líderes que tuve el privilegio de atender como creativo publicitario.
Debo decir que un creativo publicitario debe ser el primero en reconocer la nobleza de sus marcas. Si no prueba y cree en la calidad de los productos que anuncia, mejor que no se dedique a este negocio.
Me he hecho fiel a las marcas que anuncié durante tantos años porque son buenos productos.

Como pueden ver, no siempre hice campañas para la democracia, los derechos de las personas, la igualdad de oportunidades para la mujer, la superación de la pobreza, el Bicentenario, los derechos de los niños, la prevención del Sida, la educación, las concesiones viales, la capa de ozono, la modernización en Guatemala o Bolivia, la ampliación del Canal de Panamá o la prevención de enfermedades respiratorias agudas. Estas cosas tan serias que hago ahora.
Mis marcas de hoy son los grandes temas que preocupan a nuestras sociedades latinoamericanas.
Mi sueño es vincular los grandes temas de las personas con las grandes marcas.

¿Cuál es el problema?


La gran mayoría de los estrategas y creativos no saben definir el problema que la comunicación puede ayudar a resolver en cada caso. Extienden recetas sin saber cuál es la causa de la enfermedad.

Los comunicadores y publicistas pueden construir avisos, spots, folletos, páginas web, pero, la gran mayoría desconoce por qué y para qué. Por esta razón se produce comunicación de baja efectividad y de escasa creatividad.
Pregunte a un profesional de la comunicación cuál es el problema que está tratando de resolver y le dirá: “han bajado las ventas” “tengo que hacer una campaña” o “vamos a lanzar una nueva marca”, o “tengo que diseñar un folleto”, “el candidato está bajando en las encuestas”, “necesitamos un eslogan que pegue”.
Estos son datos, síntomas, medios o instrumentos, no son problemas de comunicación.
Me atrevo a asegurar que muchos clientes pierden su dinero invertido en campañas de mala calidad, con buena apariencia, pero poco efectivas, poco creativas, sin emoción, sin vínculo con el grupo objetivo, sean estos consumidores, electores, ciudadanos, empleados de la empresa, o miembros de una red.

Resulta francamente penoso observar cómo egresados de comunicación con cinco años de estudio, en una carrera universitaria, no logren diferenciar entre un problema, un objetivo de comunicación y una estrategia creativa. No es un problema de los estudiantes. Es un problema de quienes los forman.

Por otra parte, las grandes agencias, que fueron verdaderas escuelas de comunicación y publicidad en otros tiempos, se han quedado atrás, con modelos antiguos o con seudomodelos de apariencia actual que no responden a la visión de la comunicación moderna.

Esto es lo mismo que si un médico supiera operar y dar medicamentos, pero no supiera cuál es la causa de la dolencia, cuál es el problema que tiene que resolver.





Un ejemplo clásico.
En los clásicos ejemplos de creatividad se cuenta que había un edificio en el que trabajaban muchas personas. Por las mañanas se aglomeraba la gente esperando los ascensores. La gente se irritaba porque esto les hacía perder minutos valiosos y llegar muchas veces tarde a su trabajo. Hubo reclamos a la administración, hubo malestar.
Los dueños del edificio decidieron llamar a ingenieros y constructores para estudiar la posibilidad de instalar un nuevo ascensor. Se hicieron muchos estudios, hasta se pensó en hacer uno por fuera del edificio. Los costos eran muy altos.

Alguien del equipo encargado tuvo la idea de invitar a un grupo de niños a pensar en el problema.
Solución: Los niños recomendaron poner acuarios con variados y coloridos peces en el amplio hall de entrada. Así, mientras la gente esperaba unos minutos, podía entretenerse y relajarse mirando la gran variedad de hermosos peces que se desplazaban lenta y relajadamente por su mundo acuático
Se acabaron los reclamos y la rabia de la gente.

¿Qué sucedió en este caso?
Una idea brillante que soluciona el problema desde un punto de vista diferente.
Las buenas ideas, sencillas, económicas y efectivas, nacen cuando está bien definido el problema y, por ende, está precisamente identificado el objetivo.
Cuando nos referimos a “problemas” también nos podemos estar refiriendo a “oportunidades”. No siempre debe haber un problema.


¿Qué es un problema de comunicación?

Los problemas en comunicación son de diversos tipos y categorías.

Problemas de las percepciones, lo que la gente recibe a través de sus sentidos y las imágenes que se forma de las cosas.
Problemas de actitudes: las predisposiciones a la acción que tiene la gente acerca de algo, formadas a partir de sus experiencias directas o indirectas. Lo que viví o lo que me contaron.
Problemas de motivaciones: las fuerzas que mueven hacia una conducta, ya sabemos, las necesidades básicas y las necesidades de autorrealización, los sueños que movilizan a las personas.
Problemas de conductas y hábitos: la experiencia de vivir, el hacer concreto de la gente, su modo de actuar cotidiano en relación con algo.

Si conocemos estos problemas, podemos advertir la relación entre lo que la gente percibe, lo que siente, lo que sabe, lo que dice, lo que hace y lo que quiere. Vale decir, podemos hacer un mapa de la identidad coherente o fragmentada de las personas a partir de sus propias declaraciones.
El conocimiento de estos aspectos de la identidad nos conduce a un trasfondo: a la configuración de los significados de las cosas y del mundo en cada persona.
Un significado es la idea total que tenemos sobre un concepto, un hecho, una acción o un fenómeno.
Esta “idea total” está sustentada sobre los aspectos definidos anteriormente y sobre el trasfondo final de los significados formados en cada persona a partir de ellos: LAS EMOCIONES HUMANAS.

Todo lo anterior se expresa a través del lenguaje, lo que sentimos, lo que queremos, lo que no estamos dispuestos a hacer, lo que creemos, el sueño que nos mueve en una dirección. El lenguaje, finalmente es la “materia” con la cual trabajamos.

Las percepciones, actitudes, motivaciones y conductas, están condicionadas por los significados que nos hemos formado sobre las cosas a través de nuestra historia y la relevancia que tienen para nosotros, en nuestra escala de cosas importantes o poco importantes.
Sabemos, por ejemplo que la percepción es selectiva, escuchamos lo que queremos escuchar.

Pero esto puede cambiar en cada ser humano si cambia la experiencia sobre algo. Puede nacer una nueva actitud o emoción, a partir de la experiencia de vivir de cuerpo presente una nueva situación.
De esta manera la configuración de significados es dinámica, va cambiando de acuerdo con lo que cada ser humano va incorporando y va entregando en la relación con los demás y consigo mismo.


Comunicación es compartir significados.
Vale decir, comunicación es siempre una relación entre dos o más identidades. No sólo debemos investigar y conocer la configuración de significados en los destinatarios, sino también en quien está interesado en establecer verdadera comunicación con los otros, vale decir, la empresa, la institución, el partido político, el gobierno, u otro. Dentro de la organización también hay seres humanos que se movilizan por sus emociones, percepciones, actitudes, conductas, motivaciones, etc.

Y a veces el problema no está en los consumidores, clientes o electores. El problema reside en el interior de la organización, en sus significados o en su lenguaje.

No es una foto estática e inamovible.
Cuando investigamos problemas y oportunidades de comunicación, lo hacemos a partir de cada persona en su reflexión sobre su pasado, su presente y su futuro.

Cuando encontramos el hilo conductor de los sueños hacia el futuro, también podemos encontrar que cada persona puede definir el camino para alcanzarlo, por ende, descubrir sus propios recursos y necesidades para hacer coincidir sus significados, sus emociones y sus habilidades para alcanzar un sueño, un estado deseado fuertemente sentido, que nace desde adentro de cada uno. Las personas pueden identificar sus propias necesidades de cambio de significados. La comunicación puede ayudar a este proceso.
La comunicación que se funda en esta mirada sobre las personas, es “estratégica”. Porque nace de identificar lo que bloquea o permite la comunicación y se pone al servicio de las personas para alcanzar sus metas y sueños. Pone en acción, en conductas, una misión y una visión personal del futuro.


Las emociones básicas.

Nuestra tarea en la planificación estratégica de la comunicación es definir cuál es el problema en el intercambio de significados entre las personas. Con el fin de actuar sobre esos problemas e intentar reducirlos, modificarlos, cambiar la realidad a través de la experiencia de comunicarnos.
De acuerdo con lo anterior, deberíamos formar a nuestros profesionales en el conocimiento acerca de cómo se configuran los teniendo en cuenta el trasfondo que subyace en todo acto de relación con el mundo, las emociones.
Humberto Maturana y otros autores plantean que hay algunas emociones básicas de las que se desprenden un conjunto de otras emociones relacionadas:
Estas emociones básicas son: La alegría, la tristeza, la rabia, el dolor, el amor altruista, el amor fraternal y el amor erótico.
si estamos de acuerdo en que desde las emociones se configuran las percepciones, imágenes, conductas, sueños y finalmente los significados de las cosas, entonces podremos coincidir en que comunicación estratégica es algo más que un conjunto de acciones y mensajes con alguna dosis de creatividad formal.


Creatividad estratégica.


Si trabajamos en esto, podremos identificar problemas, objetivos, objetivos de comunicación y estrategias. Podremos saber si el problema se soluciona con información, con publicidad, con educación, ó con las tres técnicas juntas.
Podremos comprender por qué estamos creando un folleto y no un aviso de periódico, enviando una carta y no un mail, etc.

También podremos saber si es necesaria la generación de una nueva experiencia significativa entre las personas, más allá de la acción de los medios, para producir un cambio en las configuraciones de los significados compartidos.
Vale decir, una experiencia que ayude a la formación de un nuevo significado que puede ser común a partir de ése momento para las partes relacionadas.
La expresión de toda esta complejidad humana, rica en diversidades y legítimas expresiones, se traduce finalmente en el lenguaje. Es a través del conocimiento y la interpretación de los lenguajes humanos, verbales, escritos, gestuales, como podemos acceder a los trasfondos. Y sobre este tema comentaremos en otra oportunidad. Dejando establecido que así como detectamos problemas y oportunidades en la observación del lenguaje de la relación, también éste es el instrumento principal de la creatividad para cambiar o mejorar las relaciones entre las personas, por ende, crear una nueva realidad para mejorar el mundo.

Los hilos invisibles


Los hilos invisibles.


Los hilos invisibles. Hay personas que han entrado en estado de fiebre con la globalización y las comunicaciones electrónicas. Conozco funcionarios públicos y empresarios privados que sostienen que todo va a depender en el futuro de la capacidad de entrar en redes de información. Se crean en los países las oficinas y comisiones de información y la fiebre ataca a todas las organizaciones, empresas e instituciones. Nadie quiere quedarse afuera de este paraíso de redes e hilos invisibles que permiten la interconectividad, la cristalización definitiva de la aldea global y permiten además esa maravillosa sensación de tener el poder del universo con un click.
Todo eso está bien. Lo que no está bien es pensar que los computadores y el internet determinan de aquí en adelante la vida y la condición humana.
Estas personas olvidan con frecuencia que estamos frente a un nuevo medio de comunicación y que el centro de todo fue y seguirá siendo la persona. Que lo más importante es qué significados se comparten, cuál es la energía disponible para producir el encuentro humano, cuál es la emoción que nos une y nos mueve para emprender cambios o para mantener lo que existe.
La moda de las comunicaciones electrónicas amenaza el contenido, pero pasará la fiebre y volveremos al estado sano, la comunicación humana. Apoyados ahora con Internet, por cierto.
Si la tecnología hoy nos permite comunicarnos a través de los hilos invisibles de Internet, sostengo que el ser humano desde susmás remotosorígenes orígenes tiene la capacidad de transmitirse emociones y significados a través de los hilos invisibles de los sentimientos, del alma y del espíritu. El Internet no es sólo sino una réplica pequeña de la capacidad humana de transmitirse la energía del amor a través de los hilos invisibles del sentimiento y las emociones.
Vivimos en diversos planos, en la medida en que aprendamos a ampliar nuestros estados de conciencia podremos darnos cuenta, aceptar y desarrollar nuevas formas de comunicarnos en los planos diversos del Ser.
Al ampliar el estado de conciencia podemos soñar y descubrir los misterios de nuestra existencia, podemos alcanzar las estrellas, ir y volver cuantas veces queramos.
Si potenciamos nuestra capacidad de soñar, podemos, entonces, convertir nuestra vida ordinaria en una vida extraordinaria. Podemos volver de nuestros sueños a hacer una vida más rica en valores, en amor, en solidaridad, en imaginación y belleza.

Recuadro:

Lo esencial es invisible, sólo se ve con el corazón

“Y volvió hacia el zorro:
-Adiós-dijo.
- Adios-dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
- -Lo esencial es invisible a los ojos. Repitió el principito, a fin de acordarse.
- -El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea importante.
- -El tiempo que perdí por mi rosa…-dijo el principito, a fin de acordarse.
- -Los hombres se han olvidado de esta verdad –dijo el zorro-. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa…
- -Soy responsable de mi rosa…-repitió el principito, a fin de acordarse”.

(El Principito, Antoine de Saint-Exupery)

miércoles, noviembre 21, 2007

Buscando Crédito para un Sueño.

Un sueño parece algo volátil, es despreciado por quienes se mueven con las cifras y con las decisiones económicas. Es mal visto por quienes apuntan todos sus razonamientos a lo medible y cuantificable. A todos los que creen que la única verdad es la verdad científica y la rentabilidad de corto plazo.
No hay nada peor que una entrevista entre un soñador con una idea en sus manos y un gerente de crédito de un banco. Es fatal. Mortal.
¿Se imagina a Leonardo Da Vinci pidiendo un crédito al banco para sus ideas?
Pensemos en el sueño de volar. Recorramos las imágenes de un hombre solo mirando a los pájaros e intentando volar como los pájaros. Ensayando una y otra vez. Cayendo estrepitosamente la mayoría de las veces sin poder encontrar el secreto del vuelo de las aves. Y vuelve a intentarlo porque volar tiene un sentido que va más allá de mantenerse en el aire, planear por el cielo, desplazarse a cualquier punto del planeta. Volar es despegarse de la tierra, alcanzar una dimensión distinta a la dimensión ordinaria del hombre en dos patas apegado al suelo. Es el deseo de conocer lo que hay más allá de lo que podemos conocer caminando.
Volar es un sueño incontenible del alma humana. Es la libertad la que ha estado en juego.

Fuera del tiempo y del espacio.

Para soñar y para crear es necesario aprender a salir del tiempo y del espacio. Hay que dejar de ser esclavo del reloj y vencer las distancias con el deseo de volar lejos. Declararse libre y ser libre es una de las grandes dificultades que tienen la mayoría de las personas hoy, aquí, en este mundo. La libertad de sentir, de pensar y de trascender las dimensiones conocidas produce miedo. El llamado al orden es más fuerte que el riesgo de descubrir lo desconocido. Algo nos detiene y nos mantiene con los pies en la tierra, encadenados a lo establecido, a lo conocido a lo de siempre.
Pero no hay sueños si no hay libertad. No hay un mundo mejor si no hay audacia para saltar la línea de lo razonable con la locura.


Sueños, pan de cada día.
Ser acusado de soñador, idealista, volado, no es grato cuando se tiene la certidumbre y no se tienen los recursos, cuando se tiene fe y no se tiene apoyo. Cuando uno cree porque ha logrado ver el futuro y nadie le cree.
Y cuando no se puede dejar de soñar, es peor.
La posibilidad de visualizar en los sueños nuevas imágenes, construcciones nunca vistas, órdenes diversos, lógicas nuevas, situaciones distintas a lo cotidiano, es realmente un poderoso llamado para un adolescente. Recuerdo que lo utilizaba con frecuencia para escapar de las dificultades de una vida dura, vida de pobres, que mi madre se encargaba cada cierto tiempo de recordarme con cierta fatalidad y desesperanza. Yo no podía contentarme con esta explicación y con esta barrera. No podía dejar de soñar… aunque hacía mi mayor esfuerzo por entrar en el mundo de lo concreto, de lo realista, de lo posible.
En realidad nunca me pude entender bien con ése mundo.

Cierto que uno puede enfermarse con esto. Porque muchas veces no sabe qué es realidad y qué es sueño. Muchas veces piensa que la realidad es sueño y todo comienza a enredarse. Hasta que abres los ojos y te das cuenta que ya estás atrasado para llegar a clases o al trabajo, o que son las cinco de la mañana y te has quedado dormido sin desvestirte y con todas las luces prendidas.

Más de alguien, entonces, te llama, loco.
Y uno se pregunta ¿Me estaré volviendo loco?

Continuará.

Nota: Treinta años después leo un libro de Abraham Maslow que afirma: para convertirse en un hombre autorrealizado, capaz de cambiar las cosas como están y crear un nuevo orden, es necesario ser un poco loco, un poco excéntrico, un disconforme con lo ordinario. Las empresas e instituciones que trabajen con creativos tienen que aprender a aceptarlos e integrarlos dentro de su cultura. A veces, parecerán vagabundos, locos, informales, no científicos, crearán desorden en la organización, darán la impresión de no estar nunca centrados en el tema que se discute, saldrán con opiniones que provocarán desconcierto, no llegarán jamás a la hora a una reunión.
Si usted es un empresario que quiere tener éxito, no se fije en la forma y concédale crédito a los sueños. Comenzando por los suyos.

Allons enfants de la patrie, le jour de gloire est arrivé.

En el transcurso de la historia, hemos venido navegando entre la tiranía y la libertad.
Entre reinados, imperios y dictaduras, el hombre ha salido a buscar sus días de gloria, primaveras de libertad, de tanto en tanto, cuando los regímenes opresores han sobrepasado todos los límites imaginables de la dignidad humana, los seres humanos han ofrecido su sangre y su vida para recuperar su tesoro más preciado: su libertad.

Tal vez el espíritu humano esté diseñado para caer en la oscuridad y a la vez para emerger de la misma con renovado esplendor libertario.
La Revolución francesa es un hito en la historia de la humanidad en el que se da, una vez más, esta profunda vocación humana por la libertad.

Libertad, Igualdad, Fraternidad.

Para muchos, pueden ser principios de una revolución lejana y ajena.
Ideas difíciles de comprender en el mundo de hoy, ideas que no se asimilan como propias por el sólo hecho de estar escritas con sangre en la historia universal.
Porque los significados de las cosas no se encuentran en los libros de historia ni en los monumentos. Ni en las banderas, ni en las constituciones.
La verdad radica en cada ser humano. En cada uno de nosotros. Cada cual tiene un significado, un concepto de libertad, un concepto de igualdad, un concepto de fraternidad.

Para cada uno de nosotros, con seguridad, estas palabras nos evocan significados diferentes. Porque cada uno tiene una experiencia de vida diferente en relación con cada uno de estos conceptos.

Sin embargo, para todos, son los pilares sobre los cuales se funda la democracia como sistema político.

La caída de un sistema monárquico, piramidal, en el que el clero compartía el poder con el rey y su corte, llegando a fundirse en un poder absoluto sobre el resto de los ciudadanos y siervos de la gleba, tiene su contrapartida en el surgimiento del valor de lo humano. El hombre como centro de la sociedad, aquello que, ni más ni menos, da origen a la Declaración de los Derechos del Hombre.

Libertad, Igualdad y Fraternidad, son una respuesta concreta frente a un sistema basado en el poder absoluto de unos pocos sobre las grandes mayorías.
La democracia, sustentada sobre estos principios, es el régimen que viene a reemplazar siglos de oscurantismo de la humanidad.

Libertad, Igualdad y Fraternidad no son, entonces, en su origen, expresiones de deseo, utopías o sueños de los progresistas del mundo. Son valores sobre los cuales se ha levantado la historia desde hace tres siglos.

Aún cuando coexistan y hayan coexistido diversos significados para los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad, se puede afirmar que los aspectos compartidos de estos significados han permitido a la humanidad dar grandes saltos económicos, políticos, sociales, culturales, jurídicos, científicos y tecnológicos. Para beneficio del ser humano, con efectos materiales e inmateriales que la democracia ha podido extender hacia millones de personas en el planeta.

La revolución francesa, con estos tres principios democráticos, fijó un norte, un sentido,una misión, que permitió la apertura del conocimiento hacia nuevas esferas, más allá del orden y la imposición forzosa del saber de los poderosos sobre la ignorancia de los más desposeídos.

Sin embargo, los poderosos, a pesar de ser vencidos, no dejaron de existir y manifestarse en el deseo de mantener una sociedad de privilegios.

Tomando diferentes formas, e incluso utilizando el sistema democrático para sus fines, apropiándose incluso de los valores y del discurso de la democracia, se vuelven a hacer presente en la historia con el fin de doblegar a los auténticos demócratas, a los generadores de la justicia, del conocimiento, del arte, de la riqueza y del amor humano.

La necesidad del poder, el hambre de reinar como imperio a toda la humanidad, pisoteando los principios democráticos que tantas veces han declarado defender, se nos presentan en este tiempo defendiendo la libertad y la democracia a fuerza de bombas, en un panorama francamente desolador para el mundo.

La razón, la emoción, el espíritu y la vida misma.

El conocimiento racional, basado en la confianza de las capacidades y la inteligencia humana para darse una explicación sobre la vida e intervenir en la vida misma y para producir cambios en todos los aspectos de la existencia, originó innumerables saltos hacia el progreso, pero también fragmentó al hombre.

El vínculo del pensamiento con obras físicas materiales, con la producción y con la tecnología, desataron una verdadera ola de materialidad, modernidad y progreso.

Pero el reinado de la razón, excluyó las emociones humanas como algo esencial para reconocer el sentido más básico de la vida: el amor.

También excluyó el conocimiento trascendente, el desarrollo espiritual .
En oposición a la época medieval, en donde la expresión espiritual fue manipulada en función de los intereses del poder, para justificar una dominación de muchos siglos, esta nueva época, en una antítesis dialéctica, el hombre se aleja del espíritu, coartando la posibilidad de un conocimento holístico trascendente, integrado, entre la verdad terrenal, física, y las verdades invisibles que los seres humanos han buscado desde sus más antiguos orígenes.

También se desprecia la experiencia sensorial natural, lo carnal, la experiencia de vivir a través de los sentidos. En una desaforada huída del reino animal y de la naturaleza, el hombre se aparta de sus orígenes y las fuentes primordiales de la vida.
La inteligencia y la razón lo son todo en esta época. No hay espacio para lo mágico, ni lo espiritual, ni lo cósmico. Ni las emociones, ni lo sentimientos humanos. Tampoco lo vital, aquello que surge de la interacción y la pertenencia con la naturaleza.

Reducidos a la razón y al pensamiento inteligente, el ser humano se queda sin insumos para su desarrollo superior.
Se impone la cultura del resultado medible, cuantificable. Todos caemos obnubilados por los méritos del método científico que aún nos reina.
Lo sutil, lo intuitivo, lo imaginario, lo creativo, la sensibilidad y el pensamiento trascendente son
excluidos de la conversación sobre el pasado, el presente y el futuro de la humanidad.


Se da origen a la pragmática, a la cultura de la ganancia máxima, sin importar los medios para alcanzarla. La democracia viene acompañada de la revolución industrial, el establecimiento del capitalismo y sus depredadores efectos en la vida y en el medio ambiente.
La ganancia máxima, obtenida a través de la explotación del hombre por el hombre, sustentada en una libertad de mercado que el poder ha querido poner como sinónimo de la libertad de aquella Revolución Francesa, reduce al hombre a un simple consumidor de bienes y servicios.

Los principios de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, son violados cada vez que el orden imperante requiere de ajustes - de fronteras, de sistemas, de cultura e identidad - para generar más ganancia. Así, se van acomodando estos valores a las necesidades de quienes dominan en la tierra.

Hoy, en un mundo globalizado, donde un imperio reina sin ningún contrapeso, en la era de la información y el conocimiento, los hombres y
mujeres del planeta vivimos apariencias de Libertad, Igualdad y Fraternidad, generadas desde los medios de comunicación y de la cultura.

Lejanos y fragmentados, desintegrados, los seres humanos caminamos con los sentidos, la razón, las emociones, los valores y la fé quebrantados, dispersos, sin hallar sentido a la experiencia de vivir.
Absolutamente desconectados entre pensamiento, emoción y acción. Lejanos a la experiencia auténtica de Libertad, Igualdad y la Fraternidad.

¿Qué sentido tiene recordar la Revolución Francesa?

Los acontecimientos históricos sirven a los seres humanos para dejar huellas, para crear paradigmas que la memoria puede recuperar cuando se haga indispensable retomar el norte de lo humano. Para recuperar lo esencial cuando reina el caos y la confusión. Para adquirir fuerza, cuando nos vence el miedo.
Aquí y ahora, los valores de la revolución francesa se nos hacen indispensables para resistir al poder global y para crear un mundo mejor.

Recuperando la experiencia y la emoción de la libertad.

Es necesario volver a los orígenes, regresar a las fuentes. Abrir toda nuestra capacidad receptora para distinguir experiencias auténticas de libertad.
Del mismo modo como la acción depredadora de quienes sustentan el poder va exterminando árboles y animales que van desapareciendo agónicamente de la faz de la tierra, también han venido siendo depredados los valores de la auténtica democracia.
La Libertad, especie en extinción, se reconoce en la emoción de soñar y en el impulso de volar más allá de lo conocido, para encontrar respuestas nuevas, que den satisfacción a lo que no puede ser explicado en el mundo ordinario que vivimos.

Son los jóvenes quienes llevan ese espíritu libertario en su corazón. Han sido siempre los jóvenes quienes han recuperado el sueño de ser libres de pensar, decidir, sentir, amar, buscar, preguntar y dar respuestas, desde su propia experiencia de vivir.
Desde ese auténtico sentimiento y de la experiencia de vivir libremente, es posible rescatar del fondo de nosotros mismos la posibilidad de cambiar el orden que nos ata y esclaviza, que nos reduce a seres prisioneros de un poder global absoluto.

La experiencia y la emoción de la igualdad.

Del mismo modo ¿Quién ha encontrado a su alrededor, en el último tiempo, una experiencia de auténtica igualdad?
Otro valor depredado por el sistema que vivimos y las relaciones que imperan en este orden.
La igualdad, qué antigua palabra parece, qué significado tan poco igualitario!

En África son millones los seres humanos de segunda y tercera categoría que se mueren de hambre y de SIDA, como víctimas de la desigualdad económica, social, política y cultural.

En nuestra América Latina, negros, mestizos, indígenas, pobres, ancianos, mujeres, niños, jóvenes, son apartados de los beneficios del desarrollo que el poder ostenta con tanta grandielocuencia.

Millones de personas en todo el planeta quedan al margen de las decisiones, de la educación, de la información, del conocimiento y de los bienes.
Estamos viviendo una de las época más injustas de la historia.
En Chile, por ejemplo, aún con la democracia reconquistada hace ya quince años, los ricos son cada día más ricos, la brecha ha crecido en lugar de disminuir, en dimensiones realmente intolerables para cualquier ciudadano común y corriente.

La experiencia y la emoción de la igualdad hay que buscarlas en la convivencia y vivirla plenamente. No se puede hacer discursos sobre la igualdad sin haber tenido la noción de compartir con otros, en forma igualitaria, un espacio, un recurso, un momento de la vida, un pan, un sueño o una acción de bien común.

La experiencia y la emoción de la fraternidad.


En la idea de fraternidad se reúne el concepto del amor humano. La emoción de entregarse a la causa de la vida entre hermanos, para construir un nosotros compartido, para lograr el bien de todos, para superarnos como especie y no como individuos solitarios, fragmentados del resto y de la naturaleza.

La fraternidad se puede vivir en el acto de dar, de entregarnos a causas nobles y de construir un sentido colectivo Todo lo contrario de la depredación y la destrucción de las relaciones que nos propone la cultura de la ganancia máxima.
La fraternidad nos invita a la ética del respeto a la libertad del otro y de la igualdad.
La libertad, unida a la idea de igualdad y de fraternidad, nos invita a la construcción en lugar de la depredación.

Nos invita a formar parte de los constructores de un mundo nuevo posible. En abierta rebeldía y oposición a los depredadores.

Libertad, Igualdad y Fraternidad, nos plantean la urgente necesidad e cambiar la jerarquía de las cosas. Poner el dinero como un medio y no como un fin. Poner nuevamente al hombre y a la mujer en el centro de todas nuestras preocupaciones.
Un hombre y una mujer plenamente integrados en razón, emoción, sentidos y valores.
Un hombre y una mujer que viven la totalidad de la experiencia de pertenecer a la naturaleza, al mundo de las ideas, como a la trascendencia.

La emoción y la experiencia de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad son recursos poderosos para vencer al imperio del miedo, de la violencia, de la fuerza, del dinero, del poder, del abuso, de la corrupción, del desamor.

No serán quizás la Toma de la Bastilla o la revolución armada los caminos de la liberación en este siglo. Pero con toda seguridad, el poder global que vivimos comenzará a tambalearse del mismo modo como comenzaron a caer las tiranías, cuando comiencen relacionarse y a integrarse , en una poderosa red libertaria, las emociones, experiencias y sueños de una nueva humanidad, una nueva democracia para los siglos venideros.