lunes, julio 30, 2007

Nueva Comunicación. Nueva Democracia






Una nueva comunicación. Una nueva democracia.
El Periodista
Junio, 2007
Joel Muñoz


A golpes, está germinando en Chile una nueva etapa democrática que no puede dejar afuera las buenas prácticas de la comunicación.
Decíamos en una columna anterior que las relaciones en Chile, entre los diversos actores, es de nivel primario, estamos en una especie de prehistoria de una nueva democracia. Resolviendo las cosas a empujones, descalificaciones, desconfianzas, golpes, incendios, balazos y piedrazos.
Ayer, 8 buses quemados por trabajadores del cobre fueron la manera de llamar la atención para ser escuchados. Antes de ayer, un millón de estudiantes tomándose colegios. En estos días, programas de televisión han usado sensacionalistas recursos para denunciar abusos de empresas y de servicios públicos. Un obrero muerto en las protestas de las forestales. Gente muerta en hospitales por errores médicos.
Así, suma y sigue. Y tendremos más, mientras no haya comunicación de verdad, canales adecuados, sistemas de escuchar y dialogar civilizadamente.

Nos estamos comunicando sólo en un primer nivel, sin comprender los trasfondos, por eso tenemos relaciones primitivas, basadas en la fuerza y en muchos casos en la violencia. Unos dicen que hay que hacer estos actos para hacerse escuchar. Otros dicen que esto es delictivo y merece represión. Y así nos vamos, sin entendernos. A ver quién la tiene más grande. A ver quién le dobla la mano a quién.

La comunicación nace de escuchar y de observar con especial atención y sensibilidad a los otros e intentar comprender lo que cada uno quiere decir, más allá del signo inmediato, más allá del lenguaje interpretado en el primer nivel de conversación. Todo acto comunicacional tiene un trasfondo, detrás de lo que decimos y cómo lo decimos, subyacen nuestras emociones más profundas, la alegría, la tristeza, el miedo, el dolor, la rabia, la impotencia, la inseguridad, el amor a la humanidad, el amor erótico, el amor filial.

Escuchar y observar con sensibilidad el latir de las emociones sociales, con sexto sentido, es un arte, que tiene hoy herramientas y técnicas. La ciencia de la comunicación nos provee de muchas maneras de producir esta manera de empaparnos de las motivaciones, sueños y pesares de los otros.
Por cierto, los avances en comunicación proveen hoy mejores herramientas que la investigación de mercados convencional. Y también nos enseñan que el sentido de escuchar no es sólo para satisfacer las demandas del mercado, sino para producir una relación significativa.
De eso se trata mi profesión y la de miles de comunicadores. Sólo observando y escuchando podemos dar a luz estrategias creativas. Podemos construir mensajes adecuados, pertinentes, efectivos, orientados a superar el diálogo primitivo y construir una relación duradera, satisfactoria para todos.

Muchos piensan que comunicar es sólo informar. Que basta con decir algo para que sea comprendido. Están equivocados. Comunicar es otra cosa.
La ciencia de la comunicación es relativamente nueva, en los últimos 50 años ha tenido su mayor desarrollo. Sin embargo, la actividad de comunicarnos viene con el australopithecus que origina al homo sapiens, con sus primeras manifestaciones expresivas en la tierra.
La acción comunicativa es el sistema nervioso central de la sociedad y la cultura, entendida ésta como el modo de vivir en todos los planos. Sin buena comunicación es imposible configurar sentidos, encuentros, valores, acuerdos y relaciones.

No vamos a ser país desarrollado, sin construir una nueva democracia basada en un diálogo permanente, inteligente, fluido, sobrio, creativo, donde la madurez se exprese en la capacidad de reconocernos y decirnos la verdad para construir una mejor calidad de vida, no para destruirnos.
Me van a criticar por cándido o inocente, pero sabe una cosa….en comunicación, como en la vida, lo esencial es invisible, sólo se ve con el corazón.
Le voy a dar un dato, los que mejor entienden esta cosa son los creativos.

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